Nunca los especialistas en marketing han tenido que ser tan creativos como hasta ahora ni han tenido la necesidad de  pensar tanto en los posibles deseos no cubiertos de los consumidores por los productos o servicios actuales. Resulta casi una exigencia innovar y ser realmente único. Eso sí, este “reinado” dura muy poco, tan poco como nuestro competidor tarde en copiarnos o que nuestro cliente se aburra de la novedad. Este concepto ya lo dejó claro k. Nordstöm en su libro “Funky Business”.

Cuando algo triunfa y se vuelve un fenómeno de masas, el mundo a su alrededor se intentará  adaptar y querrá sacar tajada del pastel. Los primeros en llegar serán las grandes empresas, como Mc Donalds quién ha sido el primero en acordar una estrategia para convertir sus restaurantes en Gimnasios Pokémon, donde los jugadores tendrán que asistir para subir de nivel.

Y es ahí cuando nosotros nos preguntamos ¿Qué acción podríamos hacer nosotros para aprovechar esta euforia? Si contamos con un presupuesto goloso, quizás podríamos entablar una reunión con Nintendo España para que nuestros centros sean Gimnasios Pokemón. Aunque si queremos algo más sencillo, podríamos invitar a nuestros socios a una quedada Pokemón para salir a la caza de estos animalitos salvajes a la vez que nos ejercitamos. Eso sí, si lo hacemos deberíamos intentar que todo quede grabado y con fotografías chulas para que tengamos material que podamos utilizar en nuestros medios (como las redes sociales).

La estrategia no es para que la disfruten unos cuantos, es para lucirnos y que se nos vea, que transmita buen rollo en nuestras redes sociales, que se vea que somos una tribu, que hacemos cosas divertidas y que la gente viene a pasarlo bien. No solo tenemos que crear acciones, si no que tenemos que difundirlas para que lleguen a muchas personas. De eso va el nuevo marketing.