La expedición hacia Groenlandia ha empezado y con ello la aventura hacia descubrir nuevos lugares con muchas dificultades por las condiciones y por el hecho de no saber lo que se van a encontrar. Nosotros estamos ansiosos de íroslo contando, porque esta expedición, seguro que cambiará la forma en que vemos el mundo, en que gestionamos a nuestros equipos en las instalaciones deportivas, y así nos lo contarán en su regreso, en donde los tendremos en nuestro próximo tour.

Les cuentan que el padre de Aqa antes de salir predijo que solo unos locos podrían entrar dentro del hielo y al parecer al empezar la aventura se confirma que tenía razón. La expedición nos da la información de lo que van haciendo cuando están dentro de una tienda de campaña en un trineo. El desplazamiento lo hacen a través de una moto de nieve que los llevará a montar el trineo final para empezar el viaje de 1400 kilómetros.

Después de una hora de viaje en Barco han transportado todo el material científico, un poco de alimentos y todo el equipo al campamento base de Nunatak, 400m por encima del nivel del mar. Y luego llegarán al frente glacial de Qaleralik, donde van a desembarcar y seguirán el camino a pie hacia el glaciar.

Hasta hace 10 años, la franja de tierra por la que pasaron todavía estaba sumergida bajo decenas de metros de hielo antiguo, una catedral majestuosa y blanca que se extendía por varios kilómetros más allá. Ahora, el fiordo había recuperado ese hielo antiguo y esos espacios, mientras que el hielo restante parecía aferrarse a la roca, a la espera de la inevitable caída.

Cuando llegaron al inicio del glaciar, después de cargar sobre los hombros el material faltante para la expedición, cargaron a unos 150 km de la costa. El resto del equipo, 10 personas en total continuaron caminando hasta llegar al campamento base.

Todo esto hecho en dos motos de nieve, un medio que lamentablemente sigue siendo necesario para llegar al punto en que el glaciar groenlandés se convierte en una meseta.

Una vez allí empezó la fase de preparación en la que organizaron la comida para los siguientes 8/9 días, el material de transporte y montaron los dos módulos del trineo de viento. Cada módulo estaba compuesto de una manera extremadamente esencial, pero de esta manera, el trineo mantiene una enorme flexibilidad y puede adaptarse al terreno irregular de la meseta, llena de grietas y pequeñas colinas.

El trabajo que tienen que hacer durante el día a día es inmenso por el duro clima, los fuertes vientos que atraviesan las extensiones de hielo por la noche son simplemente increíble y emocionante.

Os iremos contando más de esta interesante expedición.